sábado, 24 de octubre de 2009

Músicas para el alma.

La Música penetra prácticamente sin filtros en nuestros pensamientos y emociones, impregna nuestras ideas, planes, decisiones, percepciones, ambiente... y casi sin percatarnos, nos influencia ¡más... que menos!
Este fin de semana, he tenido la gran suerte de disfrutar de la Música, dos estilos diferentes pero igualmente reconfortantes.
El viernes, sonidos sagrados, sanadores, música de culturas aborígenes y ancestrales. Los instrumentos nada convencionales, cuencos tibetanos de diversos tamaños que suenan aflautados o como campanas de iglesia; el didgeridoo o Yidaki ("instrumento que te conecta con el Espíritu") es un instrumento de viento proveniente de los aborígenes australianos, cuando se escucha, se entra en un profundo estado de meditación que nos hace vibrar; la guimbarda, de hermosa sonoridad, es un instrumento idiófono que suena alegre; los tambores chamánicos, que parecen el latido del corazón, por supuesto la voz, instrumento por excelencia… José Luis Colmenar, el Maestro.
El sábado, Orquesta Barroca de Sevilla, música clásica en la Iglesia de los Terceros, magnífica sonoridad, mejor interpretación, Händel el protagonista, los instrumentos de cuerda, viola, violonchelo, clave… acompañando a una soprano.

¡Un regalo para alimentar el alma!
Al salir cervecita y tapita, ¿quién puede pedir más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario