Desde mi sitio en la biblioteca, veo un impresionante Magnolio...Levanto la mirada de mis papeles y ahí está él, tan seguro, tan robusto, tan lleno de vida, tan tranquilo... Me transmite la calma y la paz que se necesitan cuando se está en puertas de una oposición. También me habla de paciencia, me dice que no me apresure y que siga mi ritmo muy enraizada, como lo está él.
Un rayito de sol entre las frondosas ramas y sus hermosas hojas, me recuerda que tengo que ser flexible, parar cuando sea necesario y escuchar a mis sentidos, por si un día estoy demasiado cansada y lo mejor es dar descanso a mi concentrada cabeza.
¿Sabes Magnolio?, estar aquí sentada delante de ti es una suerte, es una suerte subir las escaleras de esta biblioteca cada tarde y oler a libros y a papel, es una suerte tener ganas de estudiar y trabajar por un sueño, es una suerte vivir y sentirse vivo, es una suerte...
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